domingo, 21 de marzo de 2010

Nacimiento de un torero (I)



Mi nombre es Ataulfo Cabrera, natural de Sevilla, anunciado como `El Ñete´ en plazas tan exigentes como Nimes, Málaga, Barcelona o Albacete. La sangre farandulera corre por mis venas, ya que mi madre era tonadillera y mi padre era un artista de los buenos: trabajó codo con codo con el tal Mario Conde en Banesto. Con semejante reata, a la temprana edad de cinco años empecé a lidiar con las ganaderías más duras que he visto en mi vida: jefes cinqueños del CNI; inspectores de policia mansos, pero rebrincados; jueces cárdenos con todo la barba y algún que otro abogado cornalón. Al parecer, a papá, o al jefe de papá mejor dicho, lo acusaban de meter las manos donde no debía.

Las fuerzas de seguridad del estado tuvieron mala suerte ya que llegaron tarde, pues Conde y mi padre, grandes aficionados ellos, se encontraban en Francia siguiendo los pasos del maestro Ponce, que se encerraba en Céret con Cuadris, en Orthez con Miuras y terminaba con una corrida concurso en Vic Fezensac. Extrañamente, los comisarios no creyeron ésto, se nota que no son tan buenos aficionados como sus colegas Trinidad, Muñoz Infante o Julio Martinez, y los pusieron en busca y captura.


El caso es que no volví a ver a mi progenitor, y ahora me lo imagino en un templo, custodiando un mausoleo en honor a Enrique Ponce. La sensación de ver al maestro de Chiva lidiar lo más duro en la tierra de Napoleón habría hecho que un aficionado de la sensibilidad de papá se enclaustrara de por vida con la percepción de que había encontrado el Santo Grial. (Continuará...)

2 comentarios:

  1. Bienvenido a esta blogosfera. Estaremos pendientes de tus aportaciones.

    Saludos desde Aguascalientes, México.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por la bienvenida Xavier. Qué bonita es su tierra. Muy agradecido con los toreros.

    Suerte maestro

    ResponderEliminar

Podéis hacer uso de vuestra libertad de expresión para opinar lo que creáis conveniente. Siempre dentro de una educación. A los que comentéis algo que no hace honor a mi fama les visitará en los próximos días mi apoderado a regalaros algo en un sobrecito. Pa que os convidéis, que la vida está mú mala.